No queremos aguar el festejo de los Celtics, quienes anoche hasta parecían tener desfile, con los aficionados de verde y blanco saliendo en tropel del estadio en dirección a North Station y luego a Causeway Street, celebrando como si hubieran acabado de ganar un campeonato.
Los Celtics ganaron, pero no demostraron que merecen representar al Este.
Pero pregúntense esto, aficionados de los Celtics: ¿Fue esto una victoria, una victoria en la que el equipo local resistió a pesar de haber perdido una ventaja de 15 puntos en el último cuarto, una victoria en la que recibieron una falta técnica y dejaron de lado todo que había funcionado a la ofensiva durante los primeros tres cuartos -- fue el desempeño digno de un equipo de campeonato?
Antes de dejar que alguien más responda esa pregunta --alguien que estuvo en la cancha jugando el partido y no solamente mirándolo-- primero le daremos crédito a quienes corresponde por el eventual triunfo de Boston, 106-102, sobre los Detroit Pistons el miércoles por la noche para dejar las finales de la Conferencia Este en 3-2 para los Celtics.
Empezaremos por Kevin Garnett, quien acertó dos tiros libres con 3.2 segundos en el reloj para asegurar el triunfo, y fue el máximo anotador de su equipo con 33 puntos. Seguiremos con Ray Allen, quien aplacó a sus críticos (aunque no los silenció) con una actuación de 29 puntos que incluyó cinco triples y otros dos enormes tiros libres con 6.3 segundos de juego que mantuvieron a los Celtics tres puntos arriba.
Aplausos para Doc Rivers, también, por lograr que su equipo le cometiera dos faltas a los Pistons en los últimos 15 segundos en vez de dejar que Detroit intentara un triple para empatar el juego. Si alguna vez quieres generar un debate caliente entre dos entrenadores, pregúntales cuál sería la estrategia correcta a aplicar en esa situación. Quienes dicen que debes cometer falta son tan inflexibles como quienes sostienen lo contrario, pero en este caso, la estrategia de Rivers funcionó.
Y luego estuvo Kendrick Perkins, cuyos 18 puntos y 16 rebotes empujaron a los Celtics durante los primeros tres cuartos, cuando compilaron una ventaja de hasta 17 puntos -- aunque no anotó ni bajó un rebote en los seis minutos, 50 segundos que jugó en el último cuarto, y fue su falta técnica con 2:30 en el reloj que disparó un bombardeo de 6-1 en el que los Pistons acortaron su déficit de ocho a tres puntos. (Memo a Perkins: Los jugadores de campeonato nunca cometen faltas técnicas en el último cuarto.)
También estuvo Rajon Rondo, cuyas 13 asistencias y cuatro robos más que compensaron sus tres aciertos en 14 intentos.
Pero el hecho es que a pesar de todas esas cosas, los Celtics casi dejan que el partido se les escape de las manos frente al esfuerzo implacable de un equipo cuyos principales jugadores poseen anillos de campeonato.
Por Chris Sheridan
Antes de dejar que alguien más responda esa pregunta --alguien que estuvo en la cancha jugando el partido y no solamente mirándolo-- primero le daremos crédito a quienes corresponde por el eventual triunfo de Boston, 106-102, sobre los Detroit Pistons el miércoles por la noche para dejar las finales de la Conferencia Este en 3-2 para los Celtics.
Empezaremos por Kevin Garnett, quien acertó dos tiros libres con 3.2 segundos en el reloj para asegurar el triunfo, y fue el máximo anotador de su equipo con 33 puntos. Seguiremos con Ray Allen, quien aplacó a sus críticos (aunque no los silenció) con una actuación de 29 puntos que incluyó cinco triples y otros dos enormes tiros libres con 6.3 segundos de juego que mantuvieron a los Celtics tres puntos arriba.
Aplausos para Doc Rivers, también, por lograr que su equipo le cometiera dos faltas a los Pistons en los últimos 15 segundos en vez de dejar que Detroit intentara un triple para empatar el juego. Si alguna vez quieres generar un debate caliente entre dos entrenadores, pregúntales cuál sería la estrategia correcta a aplicar en esa situación. Quienes dicen que debes cometer falta son tan inflexibles como quienes sostienen lo contrario, pero en este caso, la estrategia de Rivers funcionó.
Y luego estuvo Kendrick Perkins, cuyos 18 puntos y 16 rebotes empujaron a los Celtics durante los primeros tres cuartos, cuando compilaron una ventaja de hasta 17 puntos -- aunque no anotó ni bajó un rebote en los seis minutos, 50 segundos que jugó en el último cuarto, y fue su falta técnica con 2:30 en el reloj que disparó un bombardeo de 6-1 en el que los Pistons acortaron su déficit de ocho a tres puntos. (Memo a Perkins: Los jugadores de campeonato nunca cometen faltas técnicas en el último cuarto.)
También estuvo Rajon Rondo, cuyas 13 asistencias y cuatro robos más que compensaron sus tres aciertos en 14 intentos.
Pero el hecho es que a pesar de todas esas cosas, los Celtics casi dejan que el partido se les escape de las manos frente al esfuerzo implacable de un equipo cuyos principales jugadores poseen anillos de campeonato.
Por Chris Sheridan
ESPN.com