El equipo conducido por Phil Jackson derrotó a los Celtics por 83-79 para ganar el título.
BUENOS AIRES -- El final fue para los Lakers, pero el partido se jugó con las reglas de los Celtics.
Entonces, había que ser duro, defender antes que atacar, compartir el balón, absorber el flujo de la intensidad para hacer la diferencia. Y los Lakers lo hicieron. Tardaron un poco en quitarse el polvillo del saco, pero finalmente lo hicieron. Lo lograron más allá de una noche complicada de Kobe Bryant en el plano anotador, con Pau Gasol pasando de villano a héroe, y con Ron Artest en un altar de importancia pocas veces visto en esta postemporada. Ler mas...
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