miércoles, 10 de diciembre de 2008

Firmar al Kid fue lo más acertado

Minaya dio un paso importante para renovar bullpen de Mets
LAS VEGAS -- La contratación del taponero venezolano Francisco Rodríguez por parte de los Mets de Nueva York tiene mucho sentido. Y si no se dio a un precio módico, tampoco fue extremadamente caro.
A los Mets les faltó un "bullpen" para llegar a la postemporada en 2008. Con su taponero Billy Wagner fuera de acción, había razón de sobra para comenzar un proceso de renovación con la adquisición más importante, un taponero de primera categoría.
Ese es Rodríguez. El venezolano impuso este año una nueva marca de salvamentos en una temporada con 62 para los Angelinos de Los Angeles. Ciertamente fue muy requerido -76 apariciones en 2008- pero el derecho apenas cumplirá 27 años cuando arranque la temporada 2009.
Y para los estándares del "inflado" mercado actual de lanzadores, el precio que los Mets pagarán es más que aceptable. Los Mets y Rodríguez llegaron a un acuerdo por tres temporadas y $37 millones de dólares, el cual será oficial una vez que el venezolano apruebe el examen médico de rutina. También existe una opción para un cuarto año con un valor de $14 millones de dólares que le daría al contrato un valor total de $51 millones.
Esta cifra es aún menor de lo que el agente de Rodríguez buscaba inicialmente, supuestamente $75 millones de dólares por cinco años. La posibilidad de aterrizar un contrato de estas dimensiones disminuyó por el hecho de que el actual mercado de agentes libres está plagado de taponeros, además del pobre panorama económico que ha hecho a los equipos financieramente más cautelosos.
Mientras el mercado se desarrollaba en este caso, también pudimos darnos cuenta que económicamente el único equipo que podía hacerse de los servicios del venezolano eran los Mets.
El contrato de Rodríguez con los Mets no es muy diferente a la oferta que el mismo taponero rechazó de los Angelinos recientemente. Pero las circunstancias económicas han cambiado. Esos cambios resultaron ser, al menos en este caso, fortuitos para los Mets.
Con Wagner sometido a una operación Tommy John en su codo en septiembre, era necesario que los Mets contrataran a un nuevo taponero. Y dado el estado del bullpen de los Mets en la recta final de la temporada 2008, el nuevo taponero tenía que ser alguien con valor real.
Rodríguez llena esas cualidades. Incluso antes de imponer la marca de salvamentos en 2008, el venezolano ya se había integrado a la selecta lista de taponeros de élite. En sus tres temporadas previas, había salvado 132 juegos en 147 oportunidades. En ese mismo periodo, el velocista abanicó a 279 oponentes en 207 2/3 entradas. K-Rod es un lanzador que combina una poderosa recta con un slider que puede ser devastadoramente efectivo.
Mientras que su promedio de ponches disminuyó en 2008 -77 chocolates en 68 1/3 entradas- además de reportes sobre que su velocidad había mermado, la calidad en general de la marca impuesta por Rodríguez en 2008 no puede ser disputada. También hay que destacar la durabilidad del venezolano. En poco más de seis temporadas en Grandes Ligas Rodríguez ha visitado la lista de lesionados solamente una vez, en 2005.
Si hablamos de calidad como cerrador, en el actual grupo de agentes libres, los Mets no pudieron haber hecho una mejor contratación. Y mientras que el contrato que Rodríguez ha aceptado es obviamente substancial, no es estratosférico. Los Mets salieron ganando en ambos lados de la ecuación al firmar a un agente libre de esta categoría, mientras que encontraron al mejor talento disponible, no tuvieron que romper ningún record al pagar por él.
El trabajo del gerente general Omar Minaya para renovar el bullpen de los Mets no termina con la contratación de Rodríguez. Pero ha tomado el primer y más importante paso, adquirir a un taponero de calidad. Sin duda hay mucha distancia entre Luis Ayala y Francisco Rodríguez.

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